Acércate, que tengo frío
- Acércate, que tengo frío... fuera llueve y no me apetece demasiado salir.
- Pero... ¿cómo vas a salir?
- Muy fácil, abro la puerta, salgo y cierro la puerta. ¿A que no adivinas? ¡Ya estaría fuera!
- Bah, pero que tontuela eres. Ya sabes porqué lo digo...
- Que va, no tengo ni idea de por qué lo dices... no se me ocurre nada
- Bueno mujer, a veces no sé si me intentas tomar el pelo o lo dices tan seria cuando pones esa cara.
Las dos mujeres empezaron a reírse una frente a la otra... Adela se acercó a Sara y sentó con ella en el sofá.
- Ves, así estamos mejor - dijo Sara - ya te decía yo que juntas no pasaríamos frío.
- Pero mujer si tienes un nórdico en el sofá y otro en la cama, si pasas frío cuando no estoy es porque quieres - y se volvió a reír.
- Adela, ¿te quedarás esta noche en casa? - puso cara de cordero degollado.
- Debería volver a casa, quizás me extrañen allí.
- No lo creo, Alberto trabaja todo el día hasta tarde. Mándale un mensaje y dile que tienes que salir de la ciudad por trabajo.
- Están a punto de cortar el tráfico, creo que debería volver a casa - la miró compasiva y prosiguió - no me pongas esa cara Sarita, que nos conocemos... - siguió mirándola como un cachorro abandonado - No puedo, de verdad... deja de chantajearme...
- Por favor, quédate a dormir. Si cortan el tráfico, ¿qué mejor compañía que yo?
Adela sacó el móvil del bolsillo y se dispuso a escribirle un Whastapp a Alberto cuando vio la cantidad de notificaciones que tenía: dos de su madre, cuatro de Alberto y 124 del grupo de trabajo.
- ¡Caramba! - exclamó.
- ¿Qué pasa?
- Mi madre me pregunta qué tal el día y que la llame cuando pueda. Alberto me dice que no va a ir por casa, que le aumentaron la guardia y se tiene que quedar al menos hasta mañana por la mañana y en el grupo de trabajo está hablando de tonterías, aunque este último mensaje de Rocío me ha dejado descolocada...
- ¿Qué le pasa a Rocío?
- Dice, cito textualmente, "riesgo inminente de pandemia, quien pueda que se vaya a su casa" - se encogió de hombros mirando a Sara y puso cara de extrañada.
- Pondré la televisión a ver qué dicen del famoso temita del virus... - en la televisión una periodista habla a la cámara desde lo que parece ser la sede central del Gobierno y habla de la activación del estado de alarma y las precauciones que debe tomar la ciudadanía. El mensaje es claro "todo el mundo a casa y sin salir más que para lo básico: ir a por víveres o para sacar a su mascota el tiempo mínimo indispensable para cubrir sus necesidades".
Las dos mujeres estaban sentadas en el sofá con cara de sorprendidas, al parecer la medida era de aplicación inmediata.
- Volveré a casa, Sara... no puedo arriesgarme a no poder irme a casa mañana por la mañana antes que Alberto... - puso cara triste y titubeó un momento - debo marcharme cuanto antes.
- Lo entiendo, mi niña... pasaré frío sin tu cuerpo a mi lado, pero como has dicho antes, tengo un nórdico - sonrió para hacer sentir mejor a su amante.
- Esperaré a que esto termine y pondré fin a mi relación con Alberto, hace muchos meses que está muerta... y sabes lo poco que me gusta mentirle a la gente - se acercó a Sara y la abrazó. - Te echaré mucho de menos y pensaré en ti antes de irme a dormir.
Las dos mujeres se fundieron en un abrazo y se besaron como si fuese la última vez.
- Te echaré de menos.
- Yo más a ti.
Adela se levantó del sofá, cogió su bolso y su cazado y salió despidiéndose con una sonrisa y un beso al aire.
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