Disfruta, sonríe, vive

Disfruta, sonríe, vive... era una de las frases que más repetía mi abuela, o eso contaba mi padre cuando me lo decía a mí. Era importante no sólo repetirla sino también, llevarla a cabo, hacerla realidad. Era tan importante para mí poder poner en práctica esa frase tan simple que para no olvidarla me la tatué e una muñeca.

Lo primero y lo más inevitable es vivir, pues sin vida es absurdo el resto. Sin vida no podría estar aquí escribiendo estas palabras mágicas y sanadoras.

Lo segundo es sonreír pues un día sin sonrisa es un día perdido, tal y como dijo Charles Chaplin hace ya algún tiempo. La sonrisa es esa curva que a todas mujeres nos sienta bien, independiente de nuestro físico o de nuestra clase social. Y aunque a los hombres la sonrisa les sienta bien también, hoy ellos no van a ser los protagonistas, aunque ya haya mencionado dos en lo que va de cuento.

Y lo tercero, pero no por ello lo menos importante, está el disfrutar... Disfrutar de la vida, del momento, del instante, de la compañía, del sol, de la lluvia (que aquí en Galicia es tan típica), … Y es que si no llevas a cabo estas tres palabras, independientemente de su orden, se te pasará el tiempo con una sensación de mediocridad que te puede llevar hasta un pozo, el de la tristeza.

Volviendo sobre esas tres palabras atribuidas a mi difunta abuela Lola, una mujer gallega de aldea, un ejemplo no sólo para mí, sino para aquellas personas que la conocieron... es importante recordar que ella fue una mujer avanzada para su tiempo, una "meiga" según sus contemporáneos y creedme que no usaban este término como piropo sino más bien como un castigo social, para intentar darle mala fama y mermar su reputación... porque por aquel entonces decir puta no estaba tan bien visto como ahora, ni estaba de tan actualidad como ahora... Lola, una mujer enviudada, con dos hijos de dos hombres diferentes, uno de ellos aquel que me transmitió esta frase que hoy llevo en la muñeca tatuada... una mujer independiente que debía someterse a los designios de un hombre de su época, probablemente mucho mayor y un maltratador en potencia. Pues Lola fue una mujer que no quiso volver a someterse a los caprichos masculinos de un tercer hombre que la haría madre de, al menos, dos criaturas más pues la virilidad de un hombre en aquella época se medía por la cantidad de vástagos que podía traer al mundo.

Ella luchó sola contra muchos prejuicios, contra aquellas personas que le entorpecieron su tarea de sacar a sus hijos adelante sin un varón como marido, de buscarse una vida digna para ella y su familia atípica, una madre soltera ante un mundo que pretendía mermar sus fuerzas a base de insultos y trabas... Ella enseñó a sus hijos el término igualdad, sin saber nada de feminismo, sino a base de mostrarles que ni hombres ni mujeres somos más o menos que nadie, que todas las personas buenas, independientemente de su género merecen ser respetadas por lo que son y por lo que hacen... y así les enseñó también sus tres palabras más repetidas: 

DISFRUTA, porque siempre va a tratar de haber alguien que quiera echar abajo tu sueño, tu lucha, tu objetivo... pero habrá también quien te acompañe y te apoye, así que debemos aprovechar el trayecto entre una proposición y un objetivo, sea cual sea, de la índole que sea: laboral, personal, académico... disfruta siempre el camino y trata de obviar lo negativo.

SONRÍE, porque a esas personas que tratarán de poner trabajas en tu camino no va a haber nada que más les fastidie que ver que pese a tu lucha contra sus trabas no pierdas la sonrisa. Además la sonrisa es algo que cuesta bien poco y que produce mucho, no sólo a tu persona sino a tu entorno más querido... La sonrisa es la vida lo que la sal o la pimienta son a la cocina, algo pequeño pero importante, así que no te olvides nunca de sonreír.

VIVE, no dejes de hacer cosa por miedo al qué dirán, si quieres... HAZLO! No temas si no sale bien, inténtalo y ese será el primer paso para llevarlo a cabo... y en eso consiste la vida, en respirar un número limitado de veces pero al final del camino los momentos que siempre recordaremos serán aquellos que por uno u otro motivo nos han dejado sin aliento: un sueño hecho realidad, un amor de verano, un viaje de ensueño, un momento con tus perros en la playa más remota del planeta... cualquier cosa es válida para VIVIR.

Y me voy a permitir una licencia poética, otra frase que debería tatuarme en la otra muñeca es "ser feliz es gratis", y es que no es para menos teniendo en cuenta las tres palabras de las que hemos partido esta historia. Lola será siempre una mujer de referencia en mi familia, pues su legado nos ha quedado a su progenie. Me siento inmensamente afortunada de haber heredado este conocimiento que una mujer cualquiera debería alimentar desde bien pequeña.


ESTE CUENTO SE LO REGALAMOS A PAZ de Instagram @HACIENDOELGALGO 

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